viernes, 8 de febrero de 2013

Crónica W (034): "La cultura del miedo"



1 de FEBRERO de 2013


A lo largo de la Historia el ser humano, en su afán de conquistar y de agrandar su imperio, ha utilizado diferentes métodos para ese fin. Sólo hay dos maneras para lograrlo, vencer o convencer. Parece ser que hoy en día mediante el convencimiento no hay ningún estado que llegue a conseguir sus propósitos, ya sea porque carecen de credibilidad o porque requiere de un mayor esfuerzo, ya que hay que contar con todo el mundo. Por todo esto, sólo les queda una manera de hacerlo, y la más rápida y sencilla cuando se tiene el poder, el sometimiento.
Cuando no hay una guerra declarada y abierta, en la que el uso de la fuerza directa no es la estrategia, se implanta la cultura del miedo. De esta forma se consigue que la gente no actúe libremente, que no se exprese de una manera determinada, que pierda su personalidad…
En Estados Unidos, las empresas armamentísticas han utilizado el miedo como motivo por el que los ciudadanos tienen que protegerse y comprar armas. Todo esto con el consentimiento de esos partidos políticos a los que subvencionan. Es el miedo el culpable de que una señora le clave una bala en el pecho a ese vecino que venía a advertirla que se había dejado la puerta de casa abierta.
Es por eso que cuanto mayor es el botín, mayor es el miedo que hay que infundir a la sociedad. En el estado español están aplicando políticas durísimas con el fin de amedrentar a la población, endureciendo las penas cada vez más severas en delitos menores. Con esto se consigue disuadir a la gente a la hora de oponerse a sus decisiones.

Un día le pregunté a mi amigo Juan, Juan Sinmiedo.
-¿Cómo lo has conseguido?  Y el me respondió…
-Al principio yo era un hombre normal, con derecho a expresarme libremente. Pero todo cambió, hace un tiempo cogí una enfermedad, pedí cita para tratarla y esperé tanto que se convirtió en crónica, con lo cual perdí el miedo a enfermar. Como estaba enfermo cogí la baja y me despidieron, con lo que perdí el miedo a ser despedido. Cuando fui a manifestarme por lo que me estaba pasando, me molieron a palos y pasé pequeñas temporadas en los calabozos. Fue entonces cuando perdí el miedo a ir a la cárcel. Como estaba sin trabajo y sin recursos económicos, vino el banco y me echó de casa. Ahí perdí el miedo a quedarme sin techo. Despojado de todos mis bienes, apaleado y sin derechos, me encontré en la peor de las situaciones en las que puede verse un ser humano. No me importaba morir, con lo cual perdí el miedo a la muerte y con él perdí también el miedo a matar. Cuando alguien llega a esta situación, es el momento en que esos que tanto se reían… todos esos que estaban tan tranquilos y seguros… todos esos… pueden empezar a tener miedo…

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