Vivimos en la era moderna, siglo XXI, una época en la que la información está al alcance de todos, y en la que disponemos de cantidad de medios a nuestro alcance. Pero hay un gran problema, los medios de comunicación… Hoy en día es imposible contrastar noticias, ya que todos siguen unas directrices bien marcadas. Por un lado obedecen a los designios políticos del cargo electo de turno y por el otro lado, están condicionados por los grandes poderes económicos que amenazan con retirar su publicidad en caso de emitir cualquier cosa que perjudique sus intereses. Es gracioso ver cómo cargan sus parrillas con programas sin contenido. Se dedican a engordar nuestros cerebros hasta hacerlos enfermar, saturándolos de información adulterada, igual que hacen con los patos cuando son alimentados con un embudo para que sus hígados engorden y puedan extraer paté. Pues bien, su único propósito es arrancarnos el voto que tanto necesitan para después hacer lo que les de la gana.
Es curioso que cuando mayor es la oferta de canales gracias a la TDT, menor es la diferencia entre ellos. Todos siguen las mismas pautas. Los informativos vienen redactados desde moncloa y el trabajo periodístico brilla por su ausencia. Sólo vemos lo que quieren que veamos, y de vez en cuando se les cuelan mensajes subliminales. Echo de menos a todos aquéllos grandes periodistas que alardeaban hace tiempo de su imparcialidad, de su rigor y de su profesionalidad. ¿Dónde estáis? ¿Por qué no denunciáis estos abusos? Ya os habéis apoltronado, ya os han dado cobijo bajo su manto, ya no tenéis más ideología que la del dinero. Me imagino lo duro que tiene que ser trabajar en una redacción de informativos y ver constantemente cómo se manipula impunemente e interesadamente. Se utilizan los telediarios como caballos de batalla, como buques insignia y después entre horas programan debates repletos de contertulios de cierta edad y de dudosa moral. Curiosamente, se repiten en distintos programas e incluso distintas cadenas y siempre están divididos en dos grupos que al final lo único que defienden es la gestión de sus respectivos partidos políticos y en esa pelea se enredan de manera que al final nunca nos aclaran nada.
Me sorprende que los que estén dando la cara y diciendo la verdad, arriesgando sus puestos de trabajo, sean gente como Jordi Évole, Javier Cárdenas, Willy Toledo y pocos más. Algunos que sin pertenecer al gremio periodístico, aprovechan cualquier oportunidad para denunciar la situación actual. El resto de grandes periodistas y grandes comunicadores se callan, se acobardan… y después acuden orgullosos a la gala de turno a recoger premios a su gran labor, a su gran carrera……en definitiva, a su gran silencio.
Por suerte disponemos de Internet. Una herramienta al alcance de todos y que por el momento no tiene dependencia política, aunque quieren meterle mano y controlar los contenidos que manejamos en ella y si lo consiguen, estamos perdidos. Será la muerte de la Red, igual que la televisión está muerta, o en estado terminal esperando ser reanimada, porque hoy en día lo único real que puedes ver en la televisión, es tu reflejo en la pantalla cuando la apagas…
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