Anacleto era un joven que cuidaba mucho su salud. Iba al trabajo en
bici. Todos los días, sin falta, acudía al gimnasio. Media hora de cardio y
otra media hora de pesas. Luego salía a correr unos quince kilómetros y
después media hora de sauna. Los fines de semana hacía marchas por el
monte o rutas en bici.
Su alimentación era muy sana. Mucha fibra para ser el más regular a la
hora de ir a cagar. Frutas y verduras de vivos colores para prevenir el
cáncer. Todos los días tomaba una cucharada de aceite de oliva que es
buena para todo, una cucharada de canela y miel para prevenir los
problemas cardiovasculares y mantener el peso, diez pistachos para
mantener el colesterol a raya, tres nueces como antioxidante y otros
muchos alimentos para otras enfermedades.
Anacleto tenía una camiseta para el gimnasio en la que se podía leer "Sano sanote puto machote".
Pero un día Anacleto, el más sano del pueblo, se quitó un padrastro de
manera irregular y fue tal la infección que pilló que de una septicemia
se murió.
miércoles, 1 de marzo de 2017
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