martes, 29 de marzo de 2016

El Cuentacuentos (317): Picores

En el pueblo todo el mundo corría de un lado para otro como pollo sin cabeza.
El día comenzó de forma habitual. Los vecinos se levantaron y salieron de sus casas para realizar sus tareas diarias. Pero en el transcurso de la mañana las gentes comenzaron a notar picores en sus cuerpos. Granos, ronchas, pustulas y demás invadieron sus cuerpos, y pica y rasca se hicieron dueños de la situación. El boticario recetó todo tipo de unguentos para paliar los picores. Probaron con estropajos y piedra pomez, pero nada les aliviaba. El señor alcalde organizó una asamblea a mediodía, pero no se pudo celebrar, ya que nadie paraba de rascar al vecino que tenía a su lado. La explicación llegó a la tarde en forma de cartel. El circo de pulgas había llegado al pueblo.

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