Ya
estamos inmersos en la vorágine de las elecciones. Todo aquello que
veamos u oigamos debe ser muy bien filtrado, ya que los llamados a
disponer de nuestras vidas a su antojo, dirán aquello que quieran
con tal de atraer nuestra atención y con ella nuestros votos.
Debemos hacer un acto de reflexión continua y tomarnos ciertas
declaraciones con cierto recelo y cautela. Los que ya habéis mentido
con anterioridad, lo volveréis a hacer. Porque no os mueve más que
la codicia y cada cuatro años os dais cuenta de que lo más
importante somos los ciudadanos. Pero nada más allá de la realidad.
Nos bajáis los impuestos, pero como siempre, de manera ficticia. Me
sorprende el descaro y la convicción con la que lo decís. Os
pensáis que el populacho carece de memoria. No respetáis a nada ni
a nadie. Esta sociedad ha evolucionado mucho y la gente maleable, de
cierta edad, se va muriendo y hoy en día vuestro caldo de cultivo
está desapareciendo. Desde el momento en el que las personas tenemos
acceso a la información y a una educación digna, empezamos a tener
ciertas herramientas con las que defendernos, además de disponer de
cierto criterio a la hora de cuestionar algunos asuntos. No somos
esos que pertenecieron a un bando o a otro en la guerra civil y que
por inercia daban siempre su voto a los suyos, independientemente de
su actuación en el gobierno. Somos una sociedad avanzada, que se
encuentra en disposición de vencer incluso a los mensajes enlatados
y manipulados que nos lanzan desde los medios de comunicación,
subyugados a los intereses de quienes los alimentan. Hay que tener en
cuenta que vivimos en un modelo ultra capitalista en el que el poder
de Don dinero predomina sobre todas las cosas y ese poder hace que la
mayoría de las decisiones políticas y empresariales que se toman,
tengan como trasfondo el beneficio por encima de todo lo demás.
Vivimos un momento en el que la falta de valores es algo habitual,
incluso hay veces en las que se explican ciertas cosas desde algunos
foros, en los que incluso parece normal que haya personas que puedan
perder su vida con tal de sacar un buen beneficio. Todo por el bien
de la empresa en cuestión y por sus accionistas. Todo vale, y detrás
de ello, cómo no, siempre se encuentra lo público. Es impensable
que muchos negocios fuesen a salir adelante sin el amparo del dinero
de todos nosotros. La mano privada siempre está ahí, por detrás,
manipulando y alterando la vida institucional. Esa mano es la que
aúpa a muchos políticos y la que los mantiene en su puesto e
incluso el poder judicial se ve afectado. Que no nos engañen. Que se
quiten las caretas y nos muestren en realidad quienes nos gobiernan.
Ya es hora de mandarles fuera de la instituciones, ya que el poco
poder que nos queda es el de votar y decidir en las urnas, cosa que
no es vinculante y que al político no le obliga a nada. Hagamos un
repaso de los últimos 30 años y nos daremos cuenta que hemos sido
manejados en la sombra por banqueros, constructores, grandes
empresarios y el clero. Es la hora de decidir y de poner a cada uno
en su sitio, lugar de donde jamás deberían haber salido. Queríais
democracia, pues os vais a hartar…
miércoles, 25 de marzo de 2015
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